Afectar positivamente 1 billón de personas: Romper el Sistema.
“Creo que con el tiempo merecemos no tener gobiernos”. Jorge Luis Borges
Como en un remolino, esto se acelera
cada vez más. Promediando la sexta semana de curso parece que en vez
de estabilizarse o, aunque sea, acostumbrarse al ritmo, el trajín de
SU te lleva puesto. La semana pasada empezaron los proyectos de
equipo, tuvimos 12 módulos de clase, 2 workshops, 3 firesides, la
jornada de super coaching (sobre la que todavía hay repercusiones),
visité los HQ de HP y de Google, tuvimos un sábado de unconference
y, para cerrar, la cultural night de Asia y Medio Oriente. Todos los
días empezaron a las 9 y terminaron cerca de las 22. El domingo
libre, aproveché para ir al museo de la historia de la computadora.
El proceso para formar los equipos de
proyecto fue, básicamente, que no había proceso. Cada quién se
juntaba con quién le parecía para tratar el tema que más le
gustaba. La única bajada es que los equipos tenían que ser de entre
cuatro y seis personas. La no-estructura del proceso sacó a al luz
varias personalidades: los que parecía como que conspiraban a ver en
qué grupo se quedaban, los que tomaron el proceso como un “let it
be”, los que se juntaron con los más amigos y los que se juntaron
porque tenían una visión u objetivo común. Yo me incliné sobre el
objetivo, pero sin preocuparme mucho, sabía que iba a formar un
grupo de trabajo interesante.
Tenía claro que quería trabajar o en
algo relacionado con biotecnología/medicina o en algo relacionado
con política. Finalmente, y quizás siempre pensando en volver, me
decidí por la política. Formamos un grupo para trabajar sobre el
tema transparencia/corrupción buscando la manera de romper el
sistema actual. En el equipo somos cinco: un americano hijo de
indios, una brasilera, una holandesa y una inglesa. Todos con
perfiles muy diferentes pero todos con ganas de cambiar las cosas.
Venir con ideas disruptivas, que
revolucionen el mundo, cuando se trata con temas directamente
relacionados con la tecnología, parece ser un poco más fácil.
Ahora, tratar de cambiar el sistema en el que vivimos hace un par de
cientos de años, dándonos cuenta que tal como está claramente no
funciona, requiere algún esfuerzo adicional. Analizar el sistema
donde uno nació y vivió toda la vida cuesta más de lo que parece e
intentar romperlo sin caer en la tentación de arreglarlo, más aún.
Empezamos pensando que el problema de
la corrupción era un problema de información. Después caímos que
cualquier ciudadano (hablando siempre de democracias) abre el diario
y vé quién roba y cómo lo hace y, sin embargo, no hacen nada para
cambiarlo. Fuimos por el lado de la accesibilidad, la facilidad o las
herramientas que tenemos para poder accionar sobre las cosas que
funcionan mal en nuestras sociedades... de nuevo falló, otra red
social para unir personas para accionar o herramientas que permitan
acceder a quejas o algo así hay mil y no funcionan. Después de casi
diez días de reunirnos, pensar, charlar, salir a comer, tomar algún
buen bourbon o alguna cerveza parece que llegamos alguna hipótesis.
La idea marco es que hay con el actual
sistema democrático el ciudadano común, el que trabaja, el que paga
sus impuestos, no tiene noción de cómo las decisiones políticas lo
afectan. Cuando en un diario sale “Cristina (por poner un nombre al
azar) se robó 10 millones de dólares”, parece como que la plata
que se robó pertenece a otro... a alguien llamado estado, eso que
somos todos pero no es nadie. Asimismo, parece como que poca gente
tiene noción o puede imaginar el impacto de esos montos en la
economía de todos los días. El problema, entonces, no es que la
información falte o que la gente quiera hacer algo y no pueda, es
que simplemente no tiene idea de cómo ese problemita afecta sus
vidas. ¿Qué hacer con esto?
Todavía nos falta mucho, pero ahora estamos explorando en el largo plazo a ir
hacia una democracia directa. Las democracias representativas hacen
que los representantes tengan demasiado poder como para poder manejar
el total de la información que los ciudadanos usan para volver a
elegir a los mismos representantes, entrando en un círculo vicioso.
Nuestro objetivo es romper ese círculo vicioso en el cual caímos
por la lógica implementación de un sistema que, a fin de cuentas
fue inventado para cuando los ciudadanos eran unos pocos y no uno
cuantos millones. Los griegos quizás tenían razón, pero Borges
también, la democracia, tal como está ahora, es un uso abusivo de la
estadística. Hay varios lugares donde se está aplicando o intentando aplicar y los resultados son dispares. Está el ejemplo de Icelandia, Suiza (a nivel Cantón) y algunas provincias de Alemania. Ningún sistema es la panacea, pero aprovechando la tecnología, en el mediano/largo plazo
se puede apuntar a un nuevo modelo de representación/ejecución, no sin antes pasar una
serie de pasos importantes que incluyen educación ad-hoc y cambio de
mentalidades.
No les voy a contar todavía la idea de cómo hacerlo, en este post va sólo el objetivo. El primer paso, sin embargo, parece que sería analizar más en detalle el ciclo decisión->acción-> impacto. Me encantaría oír
sus ideas al respecto. Y, a riesgo de ser clasificado como manguero,
me sería muy útil que difundan y critiquen la idea. Como dice un
amigo, be social, share!
AR
PS: esto no puede terminar de otra manera que no sea con los Sex Pistols.
No hay comentarios:
Publicar un comentario