Contá Bien!
Anécdotas que dan par historias pero no sé cómo enmarcarla. ¡Contá
bien!, diría un filósofo contemporáneo.
Ideas Fight Club
En los últimos TED Global se implementó una modalidad
divertida llamada “Ideas Fight Club”, ideado por Jonathan Knowles, director del
track de diseño de Singularity. Consiste básicamente en dos equipos que debaten sobre el mismo
tema con ideas opuestas. Pero, en vez de ser un debate convencional, con una
mesa y botellitas de agua para cuando se le seca la garganta a los oradores, se
hace como si fuera una puesta en escena de catch mexicano. Los contendientes de
disfrazan tipo super héroes y hay un juez, a lo William Boo – QEPD – y hasta un
médico que, ante un comentario fuerte entra a chequear signos vitales y asistir
al caído.
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Brad Tempelton contra el diseño. |
Se imaginarán que de por sí el hecho constituye una
anécdota. Las peleas que tuvimos en SU fueron sobre la importancia del diseño,
las bondades de la medicina paga vs la medicina gratuita, la existencia o no del libre albedrío, la existencia de dios y la posibilidad de trabajar por placer y
no por necesidad. Todos, recuerden, caracterizados con máscaras, trajes,
pelucas y cosas por el estilo.
Entre los disfraces más llamativos estaba Brad Tempelton
(uno de los gurúes de la informática y jefe del track de redes en Singularity
Universty) vestido con una capa roja y una máscara de catch. Jonathan vestido
con su clásico kilt escocés y un mandoble de más de un metro de largo, y otros tantos que se me dificulta describir.
En resumen, era una banda de unas 80 personas disfrazadas discutiendo ideas
fundamentales sobre la que se basa nuestra sociedad, todo muy cuerdo.
Sin embargo, esa no es la anécdota. Lo mejor sucedió cuando
prendieron la máquina de humo, como parte de la escenografía y se disparó la
alarma contra incendios. En menos de 2 minutos teníamos dos autobombas y
estábamos evacuando el edificio. El momento clave fue, sin duda, el instante en
el cual David, el CEO de Singularity, intentaba explicarle al jefe de bomberos qué
estaba pasando.
Se apagó la alarma, dejamos de usar la máquina de humo y
todo volvió a la normalidad: disfrazados discutiendo sobre filosofía y tomando whisky provisto amablemente por Deward's.
El tiburón de Cousteau
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Última imagen del tiburón volador. |
Entre los sobresalientes presentadores que tuvimos, uno de
los más impactantes fue Jean Michel Cousteu, el hijo del famoso Jacques. Más
allá de su brillante charla sobre ecología marina, que debo decir que por
primera vez una charla de ecología me llega, lo mejor que pasó es que se nos
escapó un tiburón volador por la ventana. Así como lo leen.
Sobre el final de la charla, algunos eternos niños, entre
los que se incluía Brad, se pusieron a jugar con 2 tiburones inflables que se
manejan a control remoto. Casi como giñando el ojo a Cousteau y su apego por el
mar. La cuestión es que por un error de cálculos y, quizás, alguna falla en el
control remoto del tiburón celeste se fue por la ventana del salón de clases.
Vale recordar que estamos en un campo federal con espacio
aéreo restringido por lo cual David, el CEO de SU, de nuevo se vio en la
incómoda situación de tener que llamar a la FAA (controladores aéreos de
EE.UU.) y avisar que el objeto volador extraño que vagaba por Ames era sólo un
tiburón lleno de helio con un transmisor de alta frecuencia para controlar sus
aletas.
Nunca más volvimos a saber de ese tiburón. La gente reclama aparición con vida y castigo a los responsables.
Otras
Cosas como estas pasan todo el tiempo. De hecho, mientras
escribía este post, acaba de pasar uno de los faculties con una cámara gigante,
un parlante en el que sonaba “Don’t stop me now”, de Queen, haciendo la mímica
de la canción.
Cuando vuelva el mundo me va a parecer aburrido.
Alejandro Repetto
@ajmrepetto
PS: Espero haber contado bien. Aunque las anécdotas en general son más graciosas para el que las vive que para el que las escucha.
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